19.5.11

Joaquín Navarro Valls CMA 56



Con motivo de la reciente beatificación de Juan Pablo II recogemos esta entrevista a D. Joaquín Navarro Valls, Director de Comunicación y de la Oficina de Prensa del Vaticano más durante veinte años con Juan Pablo II. Navarro Valls CMA 56, fue, además de residente, director del Colegio Mayor Albayzín. Entrevista realizada por Ismael Martínez CMA 95, para el Diario Ideal de Granada, 27 de septiembre de 1999, que se incluyó en la Memoria 1998-99 del Colegio Mayor.

«Con más de cuatrocientos periodistas acreditados en la Roma del Vaticano, Joaquín Navarro Valls -el dottore Navarro Valls como dicen en Italia- es foco de atención. Sus palabras no se convierten en triviales. Como director de comunicación y de la oficina de prensa del Vaticano es consciente de lo que tiene entre manos: representar la imagen corporativa de una institución que tiene veinte siglos de antigüedad y casi mil millones de “afiliados”. Un encargo nada fácil, al que accedió este cartagenero en 1984 cuando era presidente de la AIPEI (Asociación Internacional de Periodistas Extranjeros en Italia). Hoy, su imagen pública permanece en Roma, junto a la Ciudad Eterna, pero la Granada de los años 50 fue también lugar de paso de Navarro Valls, entonces estudiante y más tarde director del Colegio Mayor Albayzín, una residencia universitaria por la que, como él, han pasado ya más de 2.000 profesionales de todas las razas y culturas».

Una desconocida etapa universitaria en el colegio mayor Albayzín que comienza...

Creo que fue en el curso 56 ó 57.

Y ¿qué encontró allí?

Albayzín era un Colegio Mayor de tamaño medio, magníficamente situado sobre la ciudad, en la parte más granadina de Granada y un poco a trasmano de la circunstancia meramente urbana. Mantenía un buen contacto con la universidad: conferencias y coloquios con profesores; intereses intelectuales de vanguardia; cine-club y discusiones literarias... Para mí fue una sorpresa: solicité plaza buscando tranquilidad y encontré lo que se llama un “ambiente”: un ámbito de convivencia en donde se valoraba el razonamiento, la argumentación dialéctica, la poesía, el arte, el intercambio de opiniones. Un lugar estupendo.

¿A qué se dedicó en su primer año en esa residencia universitaria?, Supongo que siguió con su afición a las artes: al teatro y la poesía...

Naturalmente, me dediqué en serio a estudiar Medicina. Pero no en sentido excluyente. Granada era entonces -no sé si también ahora- una ciudad literaria y romántica. La poesía estaba en el aire y el teatro en la atmósfera: se respiraban. Bastaba no aislarse para participar de ese clima. Yo creo que todo eso era “formativo”: ampliaba la curiosidad intelectual; estimulaba el espíritu crítico; mejoraba el bagaje conceptual.

¿Era el Albayzín un colegio elitista en sentido peyorativo?

No lo era en absoluto. Se trataba de un grupo de estudiantes con itinerarios biográficos y sociales muy distintos. El clima de estudio era bastante bueno, pero por otra parte formaba parte de la personalidad del Colegio Mayor el estimular la participación de no residentes en las actividades culturales, académicas y deportivas del Albayzín. No era extraño con estos presupuestos que los resultados académicos fueran muy positivos, pero esto no es elitismo sino el resultado de un trabajo bien hecho.

En ciertos pasajes de la entrevista que le hizo José Luis Olaizola para su libro Un escritor en busca de Dios (Planeta, 1993) habla de los del "Opus" (pg 188), señalando que tras su paso por la residencia granadina, "dada la buena impresión que me había causado el Colegio Mayor Albayzín, me puse en contacto con el Colegio Mayor Monterols de Barcelona. Pero ya con otra mentalidad distinta. Así, de motu proprio, pedí hacer un curso de retiro..." ¿A qué mentalidad se refiere? ¿Es que estuvo a disgusto por algo en la residencia granadina y por eso sólo estuvo un año? o ¿es porque le exigían algo los del Opus -como ud decía-? Dicen las malas lenguas que en no existe libertad en los colegios Mayores o asociaciones juveniles dirigidas por miembros del Opus Dei...

Simplemente sucedió que cuando empezaba las materias clínicas en Medicina, decidí cambiar de Facultad marchando a Barcelona. La razón era que quería estudiar aquellas materias con profesores que me atraían particularmente y que estaban en esa ciudad. Se trató por tanto de una razón exclusivamente profesional en la que nada tenía que ver el Colegio Mayor. Y fue para seguir de algún modo en contacto con el ambiente que había encontrado en el Albayzín que me puse en contacto en Barcelona con el Colegio Mayor Monterols en donde encontré el mismo clima estimulante, intelectual y humano, que había conocido en Granada. Por otra parte, yo no he encontrado esas "malas lenguas" a las que usted hace mención. Y desde luego -si existen- deben ser lenguas más que malas, superficiales. No encontré en mis años de estudiante en Granada un ambiente más tolerante, libre y favorable a la diversidad intelectual y humana que el que encontré en el colegio mayor Albayzín.

En el libro antes mencionado, apunta también que -en su etapa granadina- no era increyente pero, “Dios si estaba bastante relegado de mi vida" (pg 190). Seguramente se habrá incrementado o cambiado su religiosidad desde entonces a ahora, cuando hoy día es el portavoz del Papa -del vice Cristo en la tierra- con lo que todo esto significa...

No creo que tenga el mínimo interés mi itinerario personal. Pienso, sin embargo, que la vida no es comprensible, ni siquiera razonable, sin una referencia a Dios. Sin Dios, todo se hace mito. Incluso la ciencia se mitifica. Este pensamiento está ya en Nietzsche. El problema actual no es teorético sino práctico. No es el del agnosticismo sino el de vivir "como si" Dios no existiera. El ser humano no es viable sin Dios.

Después de un corto periodo en Barcelona regresó a Granada. Otra vez al Colegio Mayor Albayzín. Y lo hace como director y como miembro de la Obra...

Volví a Granada con la carrera terminada y cuando trabajaba en mi especialización. Un año después era Director del Colegio Mayor en el que había pasado años estupendos como estudiante. Encontré en la ciudad a algunos de mis compañeros de Facultad. Otros habían marchado a sus ciudades de origen. Trabajé con algunos maestros de la Facultad como el Prof. Rojas en Psiquiatría o el Prof. Peláez en Patología Médica. La ciudad seguía siendo una maravilla estética y académica. Algunos años antes, había pedido la admisión en el Opus Dei y mi prioridad en el Colegio Mayor era, naturalmente, conservar aquel clima que había conocido como estudiante.

Tres décadas más tarde, se convirtió en el portavoz del Papa. ¿Pensó alguna vez de joven que llegaría tan lejos en la vida?

Hay cosas en la vida que no se pueden programar, que no forman parte de un proyecto personal hacia el que se orienta el propio trabajo. Llegan más bien bajo la forma de sorpresa. Y entonces el problema es si se aceptan o no. Después de terminar Medicina estudié, en tiempo libre que prácticamente no existía, Ciencias de la Información. No pensé nunca trabajar en periodismo pero me interesaban los temas de la comunicación social. En Italia, comencé a escribir. Acepté -quizás con carácter provisional- una corresponsalía en el Mediterráneo Oriental que me hizo viajar frecuentemente a Egipto, Argelia, Israel, Grecia, etc. en unos años particularmente interesantes en esta área. Mi base era Roma y en dos horas de avión podía cubrir esos países. La Medicina pasó a ser un “hobby” y el periodismo mi profesión. Los corresponsales extranjeros en Italia me eligieron por dos veces Presidente de la Asociación Extranjera de Prensa –otra sorpresa- Y cuando había ya pensado seriamente dejar el periodismo y volver a la Medicina y a España, me llegó –de nuevo como una nueva sorpresa- el nombramiento de Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Desde esta perspectiva, ¿tiene pasión del poder?

La palabra “poder” es para mí un misterio: no sé lo que significa. Y desde luego no me interesa para nada. Me interesa cualquier actividad profesional, simplemente porque es el ángulo desde el que uno ve la realidad y trata de entenderla. Naturalmente, entender una parte de la realidad desde la propia actividad profesional -sea la medicina, el periodismo o cualquier otra- obliga a tomar decisiones operativas para contribuir a mejorarla. Pero eso no tiene nada que ver con el “poder” tal como lo entendía Maquiavelo o Hobbes que concebían el “conocer” como “poder”. En realidad conocer no da “poder”, da “responsabilidad” que es otra cosa muy distinta.

Finalmente, ¿qué consejo daría hoy algún a los universitarios en general y a los residentes del Colegio Mayor Albayzín para que aprovechen esta etapa de sus vidas?

Que utilicen la razón. Que se olviden de si mismos a base de abrirse a los demás. Que critiquen los tópicos. Que no acepten determinismos. Que se enamoren de la verdad. Que descubran, personalmente, que el alma de la libertad es la verdad; y que sin verdad, la libertad se mitifica en egoísmo, tiranía, capricho y gratuidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

juaquin tu me has enamorado eres un clack ana de valencia --- ayer fue el cumple de juan pablo 2

Anónimo dijo...

Magnífico el Don recibido por D.Joaquín .No hay palabras para describir esto.Sólo decir felicidades y muchas gracias

ana valencia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ana valencia españa dijo...

juaquin yo te recomiendo que escuches la cancion wise rise my up ana de valencia espero que te guste es muy tranquila de verdad yo la oi hace muchisimo tiempo